Una auténtica joya cultural mexicana.
Elaborada a mano con sumo detalle, cada pincelada evoca los coloridos y alegres patrones florales de las celebraciones del Día de Muertos.
Los vibrantes tonos amarillos, naranjas y negros se entrelazan armoniosamente, rindiendo homenaje a la rica simbología de esta festividad milenaria que honra a los seres queridos que han partido.
Pero esta pieza va más allá de lo decorativo, encarnando la visión mexicana de aceptar la muerte como una transición natural y digna de celebrar. Cada trazo plasma esa conexión entre la vida y la muerte.
Adquirirla es hacer suya una obra de arte única, cargada de simbolismo y tradiciones ancestrales. Es traer a tu hogar un fragmento de la sabiduría mexicana que encuentra belleza en el ciclo vital. Una verdadera joya cultural.